Entre las obras de arte surgidas de una crisis subjetiva no podemos dejar de mencionar a Lars Von Trier. El cineasta danés ha realizado a través de la creación cinematográfica un “tratamiento” de una crisis personal según su propio testimonio. Su respuesta a una crisis que califica como “depresiva” ha dado como resultado una trilogía compuesta por las películas “Anticristo” (2009), “Melancolía “(2011) y “Ninfomanía” (2014).

La Trilogía de la depresión”, se basa en referencias bíblicas: el anticristo, el apocalipsis y la lujuria. Las tres películas tienen como protagonista central a un personaje femenino ya que la sexualidad femenina en sus obras parece representar la vitalidad, la fuerza salvaje de la naturaleza o lo irracional, frente a la posición de ciego racionalismo de los personajes masculinos que presenta en sus películas. Los films “Anticristo” y “Melancolía” parten en su desarrollo de una pérdida o una ruptura que hunde el mundo subjetivo de la protagonista.

“Melancolía” es el film más logrado y el que ha causado un fuerte impacto en la crítica y los espectadores. Desde el comienzo nos encontramos con unas escenas oníricas de una enorme fuerza visual y auditiva, ya que la música del Tristán e Isolda de Wagner sugiere cierto estado de ánimo que abrocha las imágenes inquietantes que se suceden en los aproximadamente diez minutos de introducción íntegramente filmado a cámara lenta. Sin diálogos ni otros sonidos ambientales, condensan los momentos significantes más importantes: Justine (Kirsten Dunst), con el rostro alterado y una mirada perdida en la lejanía mientras a sus espaldas caen pájaros muertos del cielo; el cuadro de Pieter Brueghel ”Los cazadores en la nieve” ardiendo; Claire (Charlotte Gainsbourg), su hermana, avanzando fatigosamente a través de la campiña con su hijo en brazos; un caballo negro derrumbándose en la campo ante un cielo oscuro e inquietante; Justine, con el vestido de novia atravesando el campo mientras la vegetación se le enreda a su paso ralentizándola o su cuerpo flotando sobre el agua en un río como la “Ofelia” de John Everett Millais; por último el gigantesco planeta Melancolía colisionando con la Tierra. Imágenes que adelantan los temas que desarrollará la historia: La crisis, el dolor subjetivo, la amenaza de muerte, la angustia y la extinción final del planeta tierra

Dividida en dos partes que tienen el nombre de las hermanas protagonistas del relato: Justine y Claire. La primera parte se centra en el personaje de Justine y en la celebración del festejo de su casamiento. La celebración es perturbada por su egoísta y autoritaria madre, que sigue odiando a su ex marido, y por una serie de acontecimientos que irán conduciéndola a una crisis subjetiva. Por la parte paterna, las cosas no van mejor, ya que su padre se presenta a la boda en compañía de dos mujeres jóvenes y se dedica a tomarle el pelo al organizador del festejo de boda. El padre, incapaz de mantener cierto semblante de dignidad, no responde al llamado que su hija le hace en un momento crítico. Lo que prometía ser una boda divertida se convierte en una sucesión de pasajes al acto y conflictos cada vez más erráticos que hunden a Justine en una crisis profunda. Discute y rompe con otra figura paterna: su jefe y suegro (Jack) que le demanda nuevas ideas para su trabajo publicitario en el transcurso mismo del festejo. La primera parte culmina con la ausencia de respuesta al llamado que Justine hace a su padre y con el abandono de Michael, su flamante esposo.

Ya en esta primera parte los protagonistas perciben un cambio en el firmamento que anuncia la aparición de un objeto extraño que irá adquiriendo en el transcurso de la historia un carácter cada vez más amenazador.

En la segunda parte, “Claire”, asistimos a la crisis producida en Justine, quien se hunde en una situación anímica en la que necesita ser asistida por su hermana para poder sobrevivir. Paralelamente se hace presente la amenaza cada vez más real del planeta Melancolía, que se acerca a la Tierra peligrosamente, con la posibilidad de chocar con la misma. Frente a la amenaza de la destrucción total las dos hermanas responden de un modo diferente: Claire, su hermana mayor, reacciona con una angustia creciente frente a la catástrofe que se avecina. John, su marido, que encarna al personaje del “rico y racionalista”, aficionado a la astronomía, responde al descubrimiento de la colisión inevitable con desesperación y cobardía. Se suicida incapaz de enfrentar la situación que desmiente todos los vaticinios científicos, abandonando a su mujer y a su hijo. Lars Von Trier ha destacado con insistencia en sus películas ciertos aspectos sórdidos de la existencia humana a través de personajes en donde predomina la debilidad de carácter, el cinismo, la frustración, o la cobardía. Justine sin embargo presenta una respuesta ética diferente, se recupera de su hundimiento subjetivo tomando a su cargo lo que su cuñado no asume, ayudando a su hermana y a su sobrino a enfrentar el encuentro con la muerte.

Daniel Cena. Miembro ELP y AMP. Barcelona. (Este trabajo ha sido realizado en el marco de la Comisión Bibliográfica)

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