Estas piezas forman parte de una colección (titulada “España y olé”), donde utilizo la joyería contemporánea, como medio para expresar mi rabia y dolor (no sin cierta dosis de ironía) por los acontecimientos que están ocurriendo en nuestro país y que algunos relacionan con la “crisis”. [1]
Dice Octavio Paz que «Cuando una sociedad se corrompe lo primero que se gangrena es el lenguaje”. Produce rabia y malestar el escuchar a políticos de este país usar y abusar de frases como estas: “habéis vivido por encima de vuestras posibilidades” para culpabilizar a las víctimas de la crisis y no asumir que son ellos los responsables. Llamar “burbuja inmobiliaria” al engaño sufrido por miles de familias que ahora ven perder sus casas. Usar eufemismos como “movilidad exterior” para referirse a la emigración obligada de los jóvenes sin futuro en este país. Llamar “soluciones habitacionales” a casas de 25 metros cuadrados. Oír frases ininteligibles como “pago en diferido de la indemnización correspondiente de un contrato simulado” cuyo objetivo es no explicar nada y que consiguen enfadar más aún al que las oye.
Se ufanan en contar que “la crisis ha terminado” poniendo en práctica la famosa frase de Goebbels, ministro de propaganda nazi, “si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad”. Sin embargo, son ellos los que llaman “nazis” a quienes se manifiestan en las plazas o en las puertas de sus domicilios. O “bolivarianos, antisistema, comunistas o amigos de la ETA” a los que les interrogan sobre sus actos.
Crean leyes como la Ley Mordaza, llamándolas eufemísticamente “Ley de seguridad ciudadana”, para intentar taponar el descontento y que sigamos siendo “individuos consumidores autistas de objetos técnicos”, como bien dice Jorge Alemán.
Utilizando algunas de estas frases famosas y jugando con dos imágenes contrapuestas, he creado estas piezas con las que pretendo reflejar las contradicciones, contrapuntos y metáforas de nuestros días, intentando al mismo tiempo, desmontar con ironía, algunos estereotipos tradicionales de nuestro país. Son un intento de reflexionar sobre las palabras y las imágenes, intentando que surja una verdad que interrogue.
Con la apropiación de estas imágenes, obtenidas de los medios de comunicación (algunas hoy ya serían motivo de sanción con esta nueva Ley Mordaza), intento realizar una reinterpretación del sentido. Al unir en la misma pieza dos imágenes confrontadas o paradójicas, intento su resignificación.
En palabras de Roland Barthes, “Describir no consiste sólo en ser inexacto e incompleto, sino en cambiar de estructura, en significar algo diferente de lo que se muestra”
Las piezas no están realizadas en oro o plata sino en latón y cobre de desecho, comprado a las personas que viven en la calle. Con la recogida y venta de estos materiales intentan subsistir demasiadas personas en los últimos años en este país.
He utilizado técnicas fotográficas tradicionales aplicadas sobre esmaltes y también técnicas especiales alternativas que forman parte de un proceso de investigación en el que llevo inmersa varios años.
La joyería contemporánea es una nueva forma de expresión artística. Es una joyería cuyo valor no se mide por el coste de sus materiales, sino por su marco conceptual y valor artístico.
A diferencia de otras formas de arte, el objeto es móvil, no solo se exhibe en un museo o una galería de arte, sino que también se lleva sobre el cuerpo. Esta particularidad hace que se genere una relación triangular, entre autor, usuario y espectador.
Así como en la literatura las narrativas tienen un orador, un agente que relata el texto, que cuenta una historia, en la joyería esta narración no es unidireccional, es el portador de la joya el que continúa el relato del autor, interactuando con el espectador. Por ello, el objeto puede ser utilizado como dispositivo para la transmisión de mensajes visibles.
Así, el usuario se convierte en pantalla, una pantalla que puede mirar y responder, estableciéndose una relación entre el objeto y su significado. El usuario de la pieza, por lo tanto, tiene la oportunidad de interpretar el trabajo de un autor (que utiliza un marco de referencia personal), y puede llegar a ser parte del proceso de comunicación.
La artista belga Liesbeth Bussche observa: “La Joyería contemporánea difiere del resto de las artes plásticas en que el usuario es una presentación móvil, un signo en el cuerpo”
Esperanza Pascual. Miembro de la ELP y AMP. Valencia
[1] Estas piezas forman parte de una colección más extensa que estuvo expuesta en el Instituto Cervantes de Múnich en el mes de marzo de este año, dentro de la exposición “Tránsitos”
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