El objetivo del presente trabajo, consiste en estudiar de qué manera se resuelve el desamparo originario del sujeto, por medio de la angustia, a modo de defensa y protección, en la crisis de constitución de la estructura.

Freud denomina con la palabra alemana Hilflosigkeit1 al desamparo originario del sujeto, y remite el origen de la angustia a ese estado que está impregnado de espera, esto es: el estado del lactante que, dependiendo de otra persona para la satisfacción de sus necesidades, se halla sin recursos para poner fin a la tensión interna. Las marcas que deja el desamparo originario son imperecederas, ese estado de desamparo toma la forma de angustia automática, que se hará presente ante cada situación traumática en relación al Otro. Para el adulto, el estado de desamparo constituye el prototipo de la situación traumática generadora de angustia. La angustia ligada al desamparo es una angustia que no tiene representación.

Freud asocia la angustia a la espera, ya sea la espera pasiva sin expectativa, en alemán Abwarten, ya sea la espera de un acontecimiento, la espera de algo, en alemán Erwartung2.

Francois Ansermet, en “Los enigmas del placer”, nos dice que Lacan discute muy precisamente esta distinción hecha por Freud entre Ewartung y Abwarten, para convertirla en las dos vertientes de la espera en juego en el desamparo. Una de las vertientes la Erwartung es la espera de cualquier cosa (el seno materno). “La otra vertiente, la del Abwarten, es una espera de no se sabe qué, porque aún no ha ocurrido nada”3. “Es propiamente esto, lo que Freud hablando de la angustia designó como fondo, sobre el que se produce una señal, Hilflosigkeit a saber el desamparo, en el que el hombre en esa relación consigo mismo que es su propia muerte… no puede esperar ayuda de nadie”4.

Lacan hace hincapié en el Seminario 6, en que el deseo del Otro es un absoluto en el inicio de la vida, en que lo importante es que el niño está a su merced. El niño no está seguro del deseo del Otro. La relación del sujeto con el deseo del Otro para Lacan es dramática, porque ese deseo lo aspira y lo deja sin recursos. Esa posición de estar sin recursos es más primitiva que la angustia.

¿Sin recursos ante qué?, esto no puede ser definido ni centrado más que como el deseo del Otro. “En este drama se constituye una estructura esencial, no sólo de la neurosis, sino de cualquier otra estructura analíticamente definida”5.

Gustavo Dessal en su contribución a las próximas Jornadas Crisis. Qué dicen los psicoanalistas “Photo sin Shop” nos dice “La infancia freudiana no es un periodo evolutivo. Es la subjetividad misma que perdura inalterable a lo largo de la vida, suspendida por siempre del hilo del desamparo radical”.

Para Freud la angustia es ya una solución al desamparo, está ya organizada, mientras que el desamparo es absoluto, real; esta situación de desamparo se puede encontrar en cualquier momento de la vida. El sujeto se protege del deseo del Otro, por medio del síntoma y del fantasma que son respuestas del sujeto ante el desamparo que ocasiona el deseo del Otro. Tanto el síntoma como el fantasma en la neurosis responden a una necesidad, son modalidades para poner el deseo del sujeto al abrigo del deseo del Otro, para poner a ese Otro a distancia. Ambos surgen por una contingencia, pero hay una necesidad estructural de pasar por ahí.

Encontramos la solución fóbica, en la que el significante fóbico prohíbe al niño acercarse a un goce peligroso. También encontramos las soluciones neuróticas a esta crisis, la histérica que consiste en sostener el deseo como insatisfecho y la solución obsesiva que lo mantiene como imposible. El análisis permite al sujeto resolver este impasse y asumir el deseo como un querer, es decir querer lo que se desea.

 

Concha Miguélez. Socia sede de Madrid de la ELP. (Este trabajo fue realizado en el marco de la Comisión Bibliográfica).

1 Lacan, J. Seminario 6 El Deseo y su Interpretación, Buenos Aires: Paidos 2014. pág.472

2 Freud, S. Obras Completas. Los instintos y sus destinos 1915

Freud, S. Obras Completas, “Lecciones introductorias al psicoanálisis”, Conferencia XXV   1917

Freud, S. Obras Completas,Inhibición síntoma y angustia”, 1925 pág2879

3 Ansermet, F. “Los enigmas del placer” pág. 113

4Lacan, J. Seminario 7 “La Ética del Psicoanálisis”, Buenos Aires: Paidos, 1992 pág. 362

5Lacan, J. Seminario 6 “El Deseo y su Interpretación”, Buenos Aires: Paidos 2014. pág.472

 

 

 

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