De ella Lacan dijo, en el Homenaje que le hace por El arrobamiento de Lol V. Stein: “Marguerite Duras revela sin mí lo que yo enseño”.1

El arte es una de las formas de tratar ese real del lado de la creación y de la invención. Como dijo Shula Eldar en las Jornadas de Elucidación de la Escuela, Madrid, 2015: En su relación con lo real, el artista, hace hablar a aquello que no se puede decir, núcleo que le empuja; Se ocupa de traumatizar mostrando los puntos de fuga; Perturba la estafa de los semblantes.

El artista, en su materia, va por delante de nosotros los psicoanalistas, dirá Lacan recordando a Freud. Mientras que el psicoanalista no está excusado de saber de ese real, al artista le basta con su saber-hacer.

“Es mejor que ella no sepa del real que se juega en su acto de creación, dijo de M. Duras “El pensamiento mismo con el que yo le restituiría su saber no podría cargarla con la conciencia de ser en un objeto, porque este objeto, ella lo ha recuperado ya con su arte”.2

Este es el sentido de la sublimación freudiana, afirma Lacan.

Su escritura

 Su escritura, jalonada por constantes momentos de crisis, le permitió tramitar un real que le concernía. En relación a El mal de la muerte dirá M. Duras: “Voy hacia lo incognoscible”.

“Escribir, para mi, es llegar con la crisis al final de la crisis. Escribo deprisa, así que la crisis no me abandona”.

Laure Adler, biógrafa de M. Duras, subraya en relación a Destruir, dice “todo está descrito sobre fondo de ausencia”.3

M Duras en su texto Escribir: “Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos”.4

“Hallarse en un agujero, en el fondo de un agujero, en una soledad casi total y descubrir que solo la escritura te salvará”.

”En Lol V. Stein ya no pienso. Nadie puede conocer a L.V.S., ni usted ni yo. Y hasta lo que Lacan dijo al respecto, nunca lo comprendí por completo. Lacan me dejó estupefacta. Y su frase: “No debe de saber que ha escrito lo que ha escrito. Porque se perdería. Y sería la catástrofe”. Para mí esa frase se convirtió en una especie de identidad esencial, de un “derecho a decir” absolutamente ignorado por las mujeres”.5

Goce femenino

 Esa frase y el efecto que en ella tiene, nos lleva al enigma de la feminidad y a la cuestión del goce femenino que M. Duras pone en juego en muchos de sus escritos y en concreto en El arrebato… pero no únicamente.

Adler en la biografía y en relación a la elección de M. Duras de escribir y publicar en Liberatión sobre el caso Villemin, una mujer que asesinó a su hijo Gregory, dice: “Esta elección apasionada pone de manifiesto todas las contradicciones de M. Duras sobre la feminidad, sus propios temores de sí misma y la experimentación de sus propios límites”.6

Miller en Los usos del lapso es más radical, “Estamos…en una dimensión clínica que está tan cerca como es posible…sino de la perversión, por lo menos de la perversidad femenina. Es el momento en el que la histeria cobra su sesgo de perversidad, el que ocupó siempre Marguerite Duras, el que la llevó a interesarse por la historia del pequeño Gregory, forzosamente sublime”.7

El hombre sentado en el pasillo, Los ojos azules pelo negro, El mal de la muerte y todo un etcétera de textos, que discurren sobre lo ilimitado del amor, el deseo y el goce femenino y en los que el lector queda “arrebatado”.

 

El objeto mirada en El arrebato de Lol V. Stein

 “Lol la hace surgir en estado de objeto puro”.8

Por un lado tenemos lo que Lacan llama “el acontecimiento” y que es nombrado también así por M. Duras en la novela; la escena del baile en la que Lol ve marcharse a su novio, Jaques Hold, con la otra mujer. Arrebatada su mirada de la escena, que no pudo ver, en la que el hombre desnuda a la otra.

“Todo se detiene allí. Antes que ella asista a la epifanía, al despliegue del esplendor supuesto del cuerpo de la otra mujer, que había causado el deseo del hombre”.9

“A medida que el cuerpo de la mujer aparece ante ese hombre, el suyo se borra, se borra, voluptuosidad, gente”, dice M. Duras en la novela. Suscribe Miller: “Se trata del cuerpo que le hubiera dado cuerpo a ella, un cuerpo de deseo”.10 Desvestida como sujeto, vuelve a encontrarse en su vacuidad, se vuelve errante. Jadeante y sujeta a ese lugar “inconsolable”. Arrebatado su cuerpo.

Pasan diez años, tiempo cronológico, durante los que no ocurre nada en la vida de Lol.

Y tenemos la escena en la que Lol tumbada en el campo de centeno mira, más allá del marco de la ventana, el encuentro entre Hold – que se imagina mirado por ella desde su lugar, como mancha, origen de la mirada, “eso lo mira”- y el cuerpo desnudo de Tatiana.

Jaques Hold , voz del relato, como sujeto barrado angustiado frente a lo enigmático del deseo de Lol; Tatiana como objeto a y Lol en tercer término, muestran una estructura que no se detiene, en la novela, en el punto del deseo histérico. Se trata de una estructura que Lacan califica de un ser-de-a-tres. Lol ubica a los amantes y se hace reconocer.

En este punto es interesante tomar en cuenta lo que Lacan dice , “Lo que aquí se restaura no es el acontecimiento sino un nudo. Y es lo que este nudo estrecha lo que propiamente arrebata” Y subraya Miller: “Es un nudo, es algo que vuelve a cerrarse. No es algo que se repite sino que se cierra, se hace algo…se presenta un objeto, un goce se localiza”.11

“Miller recuerda haberle preguntado a Lacan si se podía usar el matema del fantasma para la psicosis, a lo que Lacan nunca le contestó. Miller considera que leyendo finalmente este Homenaje, encontramos dicha respuesta, pues en este texto nos enseña el uso del fantasma de Lol para pensar la psicosis”.12

Volviendo a la frase que Lacan dijo a M. Duras y que se convirtió para ella “en una identidad esencial, un “derecho a decir” absolutamente ignorado por las mujeres”; Podríamos decir que con El arrebato de Lol V. Stein Marguerite Duras muestra un goce que se localiza más allá del semblante del fantasma histérico en relación a la otra mujer, perturbándolo.

Para terminar, tomo la cita que Gil Caroz extrae del Seminario Vl de Lacan cuando éste anuda la perversión a la sublimación: “Podemos plantear que lo que, en el nivel del sujeto lógico, se produce como perversión, refleja la protesta contra lo que el sujeto padece en el nivel de la identificación”.13 Y sigue diciendo G. Caroz en el texto preparatorio del Xlll Congreso de la NLS: “Con la perversión encontramos la crisis en su dimensión amistosa hacia el psicoanálisis”

Blanca Medina de Toro. Miembro ELP y AMP. (este texto fue elaborado en el marco de la Comisión Bibliográfica).

Notas y bibliografía

 

  1. Lacan, J. Homenaje a Marguerite Duras, por el arrobamiento de Lol V. Stein, en Otros escritos. Paídos, Buenos Aires, 2012, pág. 211
  2. Ibíd. Pág. 214
  3. Adler, L. Marguerite Duras. Editorial Anagrama, 2000, pág. 415
  4. Duras, M. Escribir. Tusquets Editores, 2009, pág. 56
  5. Ibíd. Pág. 22
  6. Adler, L. Op. cit. págs. 524 en adelante
  7. Miller, J. A. Los usos del lapso. Paidós, Buenos Aires, 2005, pág. 415
  8. Lacan, J. Op. cit. pág. 213
  9. Miller, J. A. Op. cit. pág. 417
  10. Ibíd. Pág. 418
  11. Ibíd. Pág. 404
  12. De Francisco, M. Un nuevo amor, Grama, 2012, pág. 112
  13. Lacan, J. El Seminario libro 6, Paidós, 2014, págs. 534-535

Hay 0 comentarios