Comentario sobre » La nueva Razón dle mundo » de Pierre Dardot y Christian Laval.

 

«La economía es el método. El objetivo es cambiar el alma».

MARGARETH THATCHER

Estas desafiantes palabras de Margareth Thatcher pronunciadas en 1988 inauguraban el nuevo paradigma socio‐económico que iba a hegemonizar el final del siglo XX hasta nuestros días.

Podría parecer innecesaria una nueva obra de denuncia del neoliberalismo, pero LA NUEVA RAZÓN DEL MUNDO construye un lúcido análisis donde los autores desvelan con singular maestría cómo tras el aparente caos, en el sistema subyace una racionalidad cuya acción es subterránea, difusa y global. Dicha racionalidad es la nueva razón del capitalismo contemporáneo, y construye la esencia misma del neoliberalismo.

Al explorar su génesis doctrinal y las circunstancias políticas y económicas de su despliegue, este libro logra despejar numerosos malentendidos. El neoliberalismo que irrumpe en los años ochenta incorpora una serie de rasgos del todo novedosos: no es ni un retorno al liberalismo clásico, ni el retorno a un capitalismo «puro». Sostener este contrasentido es no entender lo que tiene de nuevo, precisamente, el neoliberalismo, que lejos de ver en el mercado una especie de fenómeno natural limitador de la acción del Estado, se fija como objetivo construir los mercados y hacer de la empresa el modelo para el gobierno de los sujetos. La obra de Laval y Dardot también disecciona y evidencia el profundo desprecio hacia las reglas democráticas contenido en las tesis neoliberales, que ejemplifican en la famosa frase de von Hayek durante la dictadura de Pinochet: «Mi preferencia personal se inclina a una dictadura liberal y no a un gobierno democrático donde todo liberalismo esté ausente».

El papel de los partidos políticos en este socavamiento democrático ‐incluido el de las socialdemocracias tradicionales‐ es también objeto de implacable denuncia por parte de los autores, así como del papel de una Unión Europea que ha abdicado en su tradición más democrática y social para acabar ejemplificando –con mayor nitidez que el propio EEUU‐ el modelo de perfecto sometimiento a las imposiciones del mercado frente a los derechos de la ciudadanía.

Por múltiples vías, el neoliberalismo se ha impuesto como LA NUEVA RAZÓN DEL MUNDO, sin dejar intacta ninguna esfera de la existencia humana. Una lógica tan corrosiva introduce formas novedosas de sujeción que constituyen, para quienes las rechazan, un desafío político e intelectual inédito.

Sólo entendiendo esta compleja racionalidad se le podrá oponer una verdadera resistencia y abrir la puerta a otro porvenir.

INTRODUCCIÓN: AVISO DE CRISIS PARA LA EUROPA NEOLIBERAL

“No hemos terminado con el neoliberalismo”: tal era la primera frase de la introducción a la primera edición francesa del libro. Se trataba entonces de disipar lo antes posible las ilusiones que siguieron a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. Fueron muchos los que, tanto en Europa como en EE. UU., anunciaron el fin del neoliberalismo y dijeron que había llegado la época del “retorno al Estado” y a la regulación de los mercados. Joseph Stiglitz recorría el planeta anunciando “el fin del neoliberalismo” y responsables de primera fila, como el presidente francés Nicolas Sarkozy, proclamaban la intervención gubernamental en la economía.

Estas ilusiones, peligrosas porque podían provocar una desmovilización política, no podían sorprendernos: se basaban en un error de diagnóstico, muy común, que nuestro libro, precisamente, tenía como objetivo combatir. Equivocarse en cuanto a la verdadera naturaleza del neoliberalismo, ignorar su historia, no ver sus profundos mecanismos sociales y subjetivos, era en efecto condenarse a la ceguera y a permanecer desarmado ante lo que no iba a tardar en llegar: lejos de acarrear un debilitamiento de las políticas neoliberales, la crisis ha llevado a su refuerzo brutal, en forma de planes de austeridad instaurados por Estados cada vez más activos en la promoción de la lógica de la competencia de los mercados financieros. Nos parecía entonces, y nos parece hoy día más que nunca, que el análisis de la génesis y del funcionamiento del neoliberalismo es la condición de una resistencia eficaz, tanto a escala europea como a escala mundial. Así, aunque este libro pretende respetar los criterios de la investigación científica, este libro no es “académico” en el sentido tradicional del término, sino que se plantea, de entrada y ante todo, como una obra de clarificación política en lo referente a esta lógica normativa global que es el neoliberalismo. En pocas palabras: la comprensión del neoliberalismo representa a nuestro modo de ver una cuestión de alcance estratégico universal.

En consecuencia, el neoliberalismo no es heredero natural del primer liberalismo, como tampoco constituye su traición, ni su extravío. No retoma la cuestión de los límites del gobierno allí donde el liberalismo los había dejado. Ya no se pregunta sobre el tipo de límite que se deba asignar al gobierno político: el mercado (Adam Smith), los derechos (John Locke) o el cálculo de utilidad (Jeremy Bentham). Sino, más bien: ¿cómo hacer del mercado el principio del gobierno de sí? (Parte I). Considerado como racionalidad gubernamental, y no como doctrina más o menos heteróclita, el neoliberalismo es precisamente el despliegue de la lógica del mercado como lógica normativa generalizada, desde el Estado hasta lo más íntimo de la subjetividad (parte II). Es esta coherencia práctica y normativa, más que la de las fuentes históricas y las teorías de referencia, lo que funda nuestro planteamiento. Esclareciendo el modo en que se impone y funciona a todos los niveles cierto tipo de normas, nuestra finalidad no es sino contribuir a la renovación del pensamiento crítico y la reinvención de las formas de lucha.

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