Zabriskie Point es filmada en 1969, año de la gran marcha hacia Washington donde los jóvenes manifiestan de manera radical su oposición a la guerra en Vietnam. Cuatro estudiantes son fusilados en el campus universitario de Kent University, desencadenándose así la huelga mas importante de estudiantes por todo el territorio de los Estados Unidos. Antonioni encuentra que lo incomunicable, la soledad y la angustia resuenan con la crisis que sacude esta época. El artista no mira hacia el pasado, ni la historia de su país, él inventa puntos de vista, perspectivas inéditas, a la vez políticas, afectivas y ecológicas. Las nuevas utopías y la contestación de los jóvenes muestran que la tradición y el orden simbólico no se sostienen más frente al desorden y a la anarquía de una juventud que quiere pasarse de las antiguas estructuras.

Un país donde la violencia del racismo es extrema, formando guetos de miseria y de abandono alrededor de las grandes ciudades, donde los códigos y la burocratización en el mundo del trabajo llevan la marca del autoritarismo en el uso del lenguaje, allí donde las relaciones confusas entre poder y business percuten lo mas intimo de los cuerpos dando lugar a una intolerancia inaceptable, en ese contexto los personajes que Antonioni escoge no son personas simples que viven en un lugar y con una historia. Sus personajes son símbolos de su época. Su película es una experiencia vital, llevado por un deseo íntimo que busca liberarse de esa realidad donde el derroche y la miseria mas extrema van mano a mano, en medio de un movimiento de cambios constantes pero donde se permite que la policía dispare contra los ciudadanos negros con una gran impunidad sin que haya una protesta general.

Mark Frechette y Daria Halprin, sus actores, buscan la aventura y por un deseo de cambio se desprenden de esa realidad. Mark llega a la universidad para participar en la protesta con un arma de fuego escondida en su pierna. Los gritos, el tumulto y la policía se hacen sentir a la entrada, frena en seco su carrera en el momento que un estudiante negro es abatido por la policía a sangre fría. Quiere responder, alguien se le adelanta y su gesto queda registrado en la televisión. Huye de esa realidad abrumadora donde cada uno tiene su revólver, para terminar en un garaje donde sustrae el Lilly 7, un pequeño avión de turismo, despegando en busca de libertad hacia el cielo de Los Ángeles aprovechando una distracción del hombre del garaje.

Daria Halprin viaja lejos del mundo de los negocios de la Sociedad Inmobiliaria Sunnydunnes donde es la secretaria del abogado Allen, un hombre mayor enamorado de ella. Huye de una cita que tiene con su jefe en la ciudad de Phoenix haciendo un rodeo para visitar un amigo en un pueblo perdido, pero se encuentra con una banda de gamines insolentes que viven entre desechos industriales. Sigue la larga y solitaria ruta que atraviesa el Valle de la muerte en su viejo Buick, pero de improviso surge en el firmamento el Lilly 7 pilotado por Mark Frechette, quien hace piruetas y temerarias picadas para lograr un encuentro, cuyo anzuelo es una camiseta roja que Mark lanza desde la avioneta antes de posarse en tierra.

Bajo el calor y la blancura resplandeciente en las montañas de Zabriskie Point viajan en busca de gasolina y olvidan el motivo de su viaje. En esa zona de lagos antiguos desecados desde hace millones de años, depósito de borato y de tiza, corren y se dejan deslizar entre los acantilados. Sus abrazos enamorados y sus caricias animan el Valle de los muertos, poco a poco surgen otras parejas desnudas que se cortejan, se miran y se abrazan en una especia de danza onírica barroca, puesta en escena por un grupo de teatro. Allí, en los limites de la civilización, la vida reencuentra su energía y los cuerpos la vida. Este desierto de la muerte reino de la esterilidad y la desposesión se metamorfosea en “un paraíso de polvo luminoso para Adán y Eva 1970 quienes reinventando la pareja, hacen renacer la vida”

El contrapunto del amor en su película es para Antonioni un compromiso ético y político frente a la fuerza mortificante de la civilización capitalista. La metáfora de Antonioni es el pop-art que se substituye a la mortificación del ser-hablante despojado, en el vacío y en el culmen de su desaparición. Su interés por Pollock muestra una analogía con su obra, centrada en la dinámica y en el ritmo extraordinario del uso del color. En el americano sus cuadros de fragmentos y desechos, de cuerpos y animales como restos de un naufragio humano y los últimos planos de Zabriskie Point donde Daria de retorno hacia Phoenix escucha por la radio de su auto que Mark ha sido abatido a tiros por la policía en el momento de entregar el Lilly 7. La cólera que ella experimenta se manifiesta en un sueño despierto donde la villa de la Sociedad Sunnydunnes explota, un inmenso champiñón rojo y negro estalla acompañado por una lluvia de objetos que vuelan en pedazos, los muebles, los televisores, los armarios, una gallina congelada y para terminar, los libros.

Eugenia Varela. Miembro ECF y AMP. París

 

 

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